Más rabia!!!


Que mejor manera que preparar la Nochevieja que ver una película de multitudes moviéndose como locos, con los ojos rojos y con ganas de más...
Efectivamente, el 31 aproveché la tarde para ver "28 semanas después", de Juan Carlos Fresnadillo, continuación de la sorprendente "28 días después". Ésta ya me gustó mucho, y su secuela también me ha gustado, si bien determinados puntos creo que le hacen un flaco favor.

En el aspecto positivo, destacar sobre todo el tremendo comienzo, con esa casa sitiada por infectados y ese momento espectacular que protagoniza Robert Carlyle (algo desaprovechada su presencia durante el metraje, pese a aparecer con frecuencia). ¿Que habrías hecho tu en esa situación? Difícil elección.

También muy buena la parte en la que todos los civiles quedan encerrados mientras se van infectando unos a otros, y la lógica solución militar. Tal vez algo oscuro todo, con un vertiginoso uso de la cámara, pero desde luego ayuda al tono agobiante de la cinta.

Más a favor, las impresionantes escenas de una Londres castigada por las bombas en un desesperado intento de fumigar masivamente a lo que se mueva allá abajo, la persecución en pleno campo de los protagonistas con homenaje aéreo a George Romero incluido (algo bestia desde luego pese a ser una película que rebosa hemoglobina), el reencuentro entre Carlyle y su señora (todo un deathly kiss, sí señor), o la parte dentro del metro con la única ayuda visual del rifle con visión nocturna, ciertamente claustrofóbica.

Los puntos negativos. Vamos a ver. Sabemos que en una película de terror al uso, las normas de comportamiento lógicas brillan por su ausencia. 50 personas en una sala dicen: no entres ahí, y por supuesto el/la protagonista entra.
Pero aquí, en una Londres que no está 100% limpia del virus, que te han advertido que no salgas porque te puedes encontrar lo peor, o sea, morir o infectarte (que es peor), dos chavales, sin ningún tipo de conversación por en medio, deciden saltarse las normas de seguridad de todo un ejercito EEUU e ir a su puñetera casa, desencadenando todo lo posterior.
No es una película de terror, es una película sobre una plaga, mas horrenda y real que un tipo con un cuchillo que acecha tras una puerta. Mas que criticar el hecho que se vayan, me parece mal realizado el porqué se van. No sé, si el guión hubiera planteado una posibilidad de más peso para que estos dos descerebrados se hubieran largado lo hubiera entendido, pero así por las buenas? No lo veo, la verdad.

Tampoco me parece lógico el que Robert Carlyle pueda entrar impunemente a ver a su esposa, por mucho superconserje que sea. Coño, un mínimo de seguridad, un guardia al menos, el sargento Fiambre, por ejemplo. Y luego ya convertido en el super infectado, ser capaz de pensar por donde escapar del fuego o la nube tóxica, pararse a contemplar a su hijo para luego desaparecer, dan sensación de que razona, en definitiva.. No, es un infectado, y como tal no hace esas cosas, debe ser un jodido enfermo sin razón, no un mutante metódico que razone.
Pese a esos detalles, me ha gustado. Más que la primera? en conjunto tal vez no, posiblemente lo mismo, creo que tiene momentos geniales, y otros menos, tal vez la primera estaba más equilibrada en ello, y por supuesto también tenía sus fallos, ya comentados en este blog.
Así que lo único que nos queda esperar es una 3ª entrega, que mantenga el nivel de las anteriores, para así disfrutar de nuevo de una simpática ración de hemoglobina.

Para ilustrar esta reseña, el simpático tema que sirve de BSO, In the house- In a heartbeat, de John Murphy.

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