Radiohead, 5 noviembre Movistar Arena

Bueno, ha pasado una semana. 
Creo que ya estoy en disposición de hablar del concierto de Radiohead del 5 de noviembre en Madrid. 

Sin lugar a dudas de los mejores conciertos en los que he estado. Así, para empezar. 

Cuando el inicio de cada tema (por raro que sea o mas separado esté de lo que se entiende como el setlist ideal) va acompañado de una ovación por parte del público que acaba de adivinar de que canción se trata, es que hay un ansia brutal por disfrutar de la experiencia. 
Radiohead pueden tocar 3 setlists diferentes y dejarnos felices a todos. De hecho, si bien no quise saber el listado de canciones ofrecidas el día anterior, mi compañero de experiencia (tocayo) me advirtió con solo unas 5 o 6 canciones que estaban ofreciendo algo totalmente diferente al del día de su estreno. 
Claro que vas a echar en falta temas, no puede ser de otra manera, pero… ¿A que gran grupo con mas de 30 años de carrera no le pasa? 

Quitando ese aspecto, podemos hablar de la banda tan sumamente marciana que son. Y de paso, de lo grandes que son como músicos. Thom Yorke canta (como quiere), toca el piano, lleva el peso de las guitarras en muchas canciones, y se mete unos bailes que ya hace tiempo que adquirieron el carácter de míticos. 
De Jhonny Greenwood poco se puede decir, es un auténtico director de orquesta, un genio con todas las letras. Su hermano como bajista me parece soberbio, con una maravillosa capacidad de saber cuando no tocar y ofrecer en cambio lineas sorprendentes, así como llevar el peso en determinados temas, dejando que el resto de músicos jueguen, improvisen… 
Ed O´brien en vivo aporta un elemento etéreo, texturas y capas, que a veces son tan sutiles que se confunden con otros elementos, pero que son indispensables. Igualmente, mete mano en otros instrumentos. Y Phil Selway nunca me pareció un gran batería, pero en vivo cambia la cosa. Muchos temas requieren de una fluidez y constancia en lo rítmico que enfatizan su saber hacer, ayudado eso si por otro percusionista, en este caso uno no habitual con ellos en directo…

Y si, reitero el concepto de marcianos. Con la de jugadas arriesgadas que han marcado su carrera, con esa falta de autocomplacencia innegable, y con el carácter marcadamente triste de un 80% de su discografía (bueno, me he quedado corto posiblemente) es increíble que sean capaces de llegar tanto y a tantos. 
¿Somos los fans de Radiohead rarunos? No se, a mi me gusta de siempre la música emotiva y rozando lo triste, ya sea en el rock, el metal, pop…
Pero está claro que en los 32 años desde Pablo Honey, no han parado de ganar adeptos. Creo que en gran parte, es una banda emocional, aunque jueguen en muchos momentos con la frialdad, pero que diablos, al final les sale emotiva. En discos como Kid A, Amnesiac, o King of limbs, por mucha electrónica que encierre, siempre hay sitio para el desgarro lírico y musical. 
Sea como sea, un detalle que me llamó la atención poderosamente, es que alrededor mía vi al menos 3 padres con sus hijos disfrutando no se quien más, si ellos, con sus canas y su innegable cara de orgullo, o sus vástagos que o bien han descubierto a los de Abingdon por herencia musical o por fenómenos virales.  

El setlist me gustó, innegablemente.  
Empezar con "2 + 2 = 5" es justo como yo me imaginaba. Pero encadenar con un clásico de The Bends, luego con una de mis canciones favoritas (Jigsaw), y con una gema como “All I need”, es para rendirse ante ellos desde el principio. Así fueron cayendo temazo tras temazo, dejando solo un momento de pausa para recargas fuerzas (vamos, cerveza) con “Separator". 
¿Momentos preferidos? Bueno, pues "There, There” por supuesto, las maravillosas “Nude” o “Pyramid song”, las imprescindibles “Let Down” o “Weird Fishes”, o la brutal interpretación de “The daily mail”, tema que hace no mucho era un perfecto desconocido para mi. Por no hablar de "Street Spirit (fade out)”. Publico y banda , uno solos. 
Que me hubiera encantando escuchar “No surprises”, o “How to disappear completely”, o “Daydreaming”, está claro. Pero no me quejo. Lo que sonó en su lugar supo a gloria. 

Señalar también lo espectacular del montaje, que lo convirtió en una experiencia aún más impresionante. 
Insisto, ha sido uno de los mejores conciertos a los que he asistido, tanto a nivel musical como de producción, y me siento (nos sentimos) muy afortunados, pero que mucho. 

No se si podremos volver a verlos algún día, quien sabe. 
Pero esto ha sido un regalo. 

No se si podremos volver a verlos algún día, quien sabe. 
Pero esto ha sido un regalo. 







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